Salida de Ntra. Sra. del Prado

Hasta hace relativamente poco tiempo, la Virgen del prado era una gran desconocida a todos los niveles, sólo los más introducidos en el mundo de las Glorias conocían de su existencia. Ha pasado un exilio de años en Santa Cruz, allí la conocí más cerca, acostumbrándome a su presencia.
Lo que parecía algo propio de años pretéritos, de repente surge de la nada y, cual Ave fénix, renace de sus cenizas para ofrecerse por entero, para mostrarnos a sus hijos venidos de Higuera de la Sierra, la pasión y devoción de la Sierra de Aracena en pleno corazón de Sevilla.
Cualquier cosa que les cuente, si no han estado en la salida histórica producida en la tarde del sábado 18 de octubre, puede sonar a poco, porque lo que hemos vivido allí sólo nos recuerda a las grandes hermandades y sus grandes actos.
Para comenzar, un gran número de sus hijos de la Sierra de Aracena quisieron acompañar a la Madre de Dios, tanto es así que hacía mucho tiempo que no veíamos la parroquia de Santa Cruz tan rebosante de vida de Hermandad.
La salida, apoteósica, con el barullo propio de los acontecimientos extraordinarios o la propia Semana Santa, con los sones de la Agrupación Musical Santa Cecilia dando lo mejor de sí en esta su primera salida en Sevilla. Ha sido toda una lección de unidad, de pasión, devoción de un pueblo hacia su Madre Filial, que ha querido compartir con Sevilla su paso procesional, sus hermanos, sus costaleros y su gran corazón que traspasa las fronteras hispalenses.
Hoy, a pesar del Rosario y de la Redención, Ntra. Sra. del Prado ha sido la imagen más grande que ha recorrido Sevilla, a pesar de su tamaño, a pesar de su simulado letargo. Y ha venido para quedarse en el Salvador, pero con la intención de regresar a las calles de Sevilla… Pero esta es ya otra historia.
Felicidades y gracias