Por tercer año consecutivo, la casa de hermandad del Rocío de Sevilla en la Aldea almonteña, acogió este pasado fin de semana a casi 50 niños con Síndrome de Dowm, los cuales disfrutaron de una jornada en la que los presentes, como en años anteriores, se pudo aprender tanto de estos niños y niñas que son amor en estado puro: su sola sonrisa te anima a ver la vida de otra forma en estos tiempos de (nunca mejor dicho) "crisis".
Un esplendido almuerzo dio pase a una sesión de baile de casi tres horas continuas, alternando la música disco y las sevillanas, con las rumbas y todo lo inimaginable.
La caída de la tarde, se visitó el Santuario y tras ello se inició la marcha a Sevilla.
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